lunes, 11 de septiembre de 2017

La siesta después de las comidas es muy beneficiosa y te explicamos por qué


La mayoría de nosotros experimentamos un sueño irresistible después de la ingesta de alimentos. En algunos países se conoce como “el mal del puerco” y en otros, simplemente se denomina “postprandial”. La razón de esta obligada siesta es un proceso fisiológico.
El proceso de digestión implica un gran gasto de energía para metabolizar todos los alimentos. Además, para que el proceso de digestión se active, el flujo sanguíneo se dirige a los intestinos para ayudarlos a funcionar. A partir de entonces, el organismo disminuye la velocidad. Por eso, es normal que sintamos un poco de somnolencia. Mientras más alimentos calóricos ingiramos, mayor gasto de energía para metabolizarlos tendremos, y más sueño sentiremos.

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Lo más aconsejable es realizar una siesta de 20 minutos y luego continuar con nuestras actividades diarias.

Sin embargo, el sueño persistente puede ser un síntoma de males asociados, como diabetes, anemia, hipotiroidismo, intolerancias o alergias alimentarias. Por eso, es importante identificar los síntomas y acudir al médico si fuera necesario.
Es importante aclarar que toda la información contenida en Perfecto Gurú tiene un fin informativo exclusivamente, y que en ningún momento debe ser considerada como asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Nunca deje de buscar asesoramiento médico, no ignore el consejo médico, ni demore en buscar asistencia médica por algo que haya leído en este sitio.

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